El Zaragoza-Sevilla según M.A. Ibáñez

Jugar a nada

Tarde para olvidar la de ayer en Zaragoza. Un Sevilla sin ambición y con apenas recursos cayó frente a un Zaragoza ambicioso que parece querer salir del agujero negro del descenso.

La primera parte de los jugadores sevillistas fue verdaderamente de pena. Con una alineación de suplentes salvo la dupla atacante, y con los titulares, o en el banquillo, o en sus casas, el entrenador sólo tenía puesta la mirada en el partido del miércoles. Lo único reseñable de ésta calamitosa primera mitad fue la rápida reacción frente al gol de los aragoneses en el minuto 31, que llevó a empatar a Kanouté pocos minutos después, tras una jugada protestada por los jugadores del Zaragoza. A continuación, más de lo mismo mostrado hasta el momento. El Zaragoza, en cambio, plagado de caras nuevas tras su inversión en jugadores en el mercado invernal, dominó el partido y perdonó en algunas ocasiones ante Palop, pero a cinco minutos para el final con la ayuda involuntaria de Negredo se puso otra vez por delante en el marcador.

Ya, en la segunda mitad, los andaluces siguieron jugando aún peor si cabe el partido. Aún con las entradas de Perotti, Renato y Navas, el equipo siguió mostrando una mala imagen. Fruto de ello fueron las expulsiones de Negredo y Stankevicius debido a la impotencia por la situación. Aunque decir que al madrileño se le fue la cabeza, ya que él solito se autoexpulsó. En otro partido, lo maños siguieron siendo muy superiores a los andaluces y lo mostraron durante todo el partido. Y colorín colorado llegamos al final, con un justo ganador que fue el Zaragoza, y un justo perdedor que fue el Sevilla que no jugó a nada y mereció perder el partido.

Ahora sólo queda meditar ésta derrota, y pensar que éste miércoles esto no puede pasar en Getáfe, porque en primer lugar, en juego hay un pase a una final, y en segundo lugar, de suceder así rodarían cabezas en Nervión. Ojalá, que esto no ocurra y tengamos una noche muy feliz.