Últimamente estoy regular de tiempo, los habituales del blog ya lo habéis notado que, salvo el juego del Mundial, poco escribo últimamente. Pero después de ésto:


La noticia, al menos así cuenta el diario As, es que "La FIFA prohíbe la repetición de las jugadas en los videomarcadores".
Anoche, tras la tropelía, escuché en varias emisoras de radio y tv que quizá el árbitro hizo caso a los "consejos" de la FIFA de no hacer caso a las imágenes aún cuando se estaba viendo cómo el árbitro se daba cuenta de su equivocación. Pero es mejor hacer caso al que te paga que a lo que es palpable, aunque sepas que es injusto. No muerdas la mano del que te da de comer, otro refrán.
A partir de aquí yo soy el primero que cree que aún así, Alemania y Argentina hubieran acabado ganando, pero claro, eso nunca se sabe. La famosa ucronía, el único argumento que se esgrime para no meter la tecnología en el fútbol. Esa es la esencia, comentan algunos.
En deportes como el atletismo o el ciclismo tenemos la foto finish, el el tenis el ojo de halcón, el el hockey hielo los sensores en las porterías, en el rugby, e incluso más de una vez lo he visto yo en el baloncesto, cuando hay una jugada controvertida se mira en los monitores. Pero no, en el fútbol no. En el deporte rey hay que cobrar unas cantidades de dinero que, más en tiempos como los que corren, dan hasta vergüenza. Pero para regirse, para ello unas normas de hace más de 100 años. ¿Por qué? Quizá porque entonces se podría desmontar más de un chiringuito y los bolsillos se llenarían menos. Eso, al menos, es lo que a mí me hacen pensar, porque yo otra explicación no le veo. Esas tácticas y leyes cuasi mafiosas de la FIFA, con temas como el de ayer, o cuando algún club pretende ir a la justicia ordinaria son amenazados. ¿A qué temen si creen que hacen lo correcto? Yo sigo pensando lo mismo. Temen a dejar de ganar tantísimo dinero.
1 comentario:
Piensa mal y acertarás.
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