Cambio de moneda
Por Miguel Ángel Ibáñez
Sin duda puedo equivocarme no lo dudo. Pero realmente la destitución de Antonio Álvarez en la medianoche de ayer, para mi personalmente es un acierto. Ojo. No digo que con esto Gregorio Manzano vaya ahora a cambiar el equipo en entero y vaya hacer jugar al Sevilla como el Barcelona, sino más bien porque era necesario un cambio de moneda y se ha hecho en el momento oportuno, después de la catástrofe de Alicante.
La imagen ofrecida por los nervionenses en el Rico Pérez fue lamentable dando muestras de ser un equipo acabado que no tiene un estilo de juego marcado y que juega a coletazos sin dominar los partidos y ser superior a sus rivales (y eso que en frente estaba un recién ascendido, sin menospreciar al Hércules). Más allá de que la alineación que colocó sobre el tapete ayer Antonio Álvarez fue un poco incomprensible, el equipo no tiene presencia en el medio de campo y posee serias dificultades para sacar la bola desde atrás y enganchar con los hombres de arriba. Sumando a todo ello de que no tenemos acierto de cara a gol. Pero todo esto no sólo no para el partido de ayer sino ara los anteriores partidos, que para ellos supuestamente si jugaban los titulares.
Por tanto, quiero argumentar con todo que me parece acertado el cambio de entrenador, aunque si que digo que no vayamos a pedirle peras al olmo, porque donde no hay no hay. No podemos pedirle a Goyo Manzano que cree un mediocentro creativo porque no lo hay. Eso es un fallo en la planificación deportiva de la temporada. Y esa es la principal carencia del equipo. Por lo que, reitero en mis palabras y espero que se entiendan, el cambio es acertado porque era necesario por el momento y la situación en la que atraviesa el equipo y la entidad, pero no creamos ahora que va cambiar todo y que el nuevo míster nos va a dar la gloria, porque eso es así. De lo contrario sería absurdo. De modo que esperemos que vuelen de ahora en adelante tiempos mejores, sobre todo por Dortmund.
Sin duda puedo equivocarme no lo dudo. Pero realmente la destitución de Antonio Álvarez en la medianoche de ayer, para mi personalmente es un acierto. Ojo. No digo que con esto Gregorio Manzano vaya ahora a cambiar el equipo en entero y vaya hacer jugar al Sevilla como el Barcelona, sino más bien porque era necesario un cambio de moneda y se ha hecho en el momento oportuno, después de la catástrofe de Alicante.
La imagen ofrecida por los nervionenses en el Rico Pérez fue lamentable dando muestras de ser un equipo acabado que no tiene un estilo de juego marcado y que juega a coletazos sin dominar los partidos y ser superior a sus rivales (y eso que en frente estaba un recién ascendido, sin menospreciar al Hércules). Más allá de que la alineación que colocó sobre el tapete ayer Antonio Álvarez fue un poco incomprensible, el equipo no tiene presencia en el medio de campo y posee serias dificultades para sacar la bola desde atrás y enganchar con los hombres de arriba. Sumando a todo ello de que no tenemos acierto de cara a gol. Pero todo esto no sólo no para el partido de ayer sino ara los anteriores partidos, que para ellos supuestamente si jugaban los titulares.
Por tanto, quiero argumentar con todo que me parece acertado el cambio de entrenador, aunque si que digo que no vayamos a pedirle peras al olmo, porque donde no hay no hay. No podemos pedirle a Goyo Manzano que cree un mediocentro creativo porque no lo hay. Eso es un fallo en la planificación deportiva de la temporada. Y esa es la principal carencia del equipo. Por lo que, reitero en mis palabras y espero que se entiendan, el cambio es acertado porque era necesario por el momento y la situación en la que atraviesa el equipo y la entidad, pero no creamos ahora que va cambiar todo y que el nuevo míster nos va a dar la gloria, porque eso es así. De lo contrario sería absurdo. De modo que esperemos que vuelen de ahora en adelante tiempos mejores, sobre todo por Dortmund.
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