El equipo, dicen, estaba confeccionado para jugar la Champions League. Se cayó con estrépito, y sólo un gran papel en la segunda competición continental podría salvar ese muy deficiente. Sin embargo, pasamos la fase de grupos con mucha fatiguita y, en la primera eliminatoria, en dieciséisavos de final, el Sevilla está eliminado.
Como dicen que hay que esperar al final para poner la nota...el final ha llegado y mi nota europea es muy deficiente.
Y ahora vamos al partido de ayer:
Ahora sería muy fácil para mí decir que el entrenador se equivocó. Sólo tenéis que ir a mi anterior post y veréis el 11 por el que yo apostaba. Sin embargo, el que ve a los jugadores a diario es el entrenador, por lo que me imagino que para poner a este o aquel tendrá sus razones.
Eso sí, opinar podemos todos.
A mi me duele la boca de decirlo y los dedos de escribirlo en este blog. En un partido decisivo, este que les escribe tiene una cosa clara: arriba juegan Kanouté y Luis Fabiano. Más de 200 goles avala a la mejor dupla atacante de la historia de nuestro Club. Para mí eso es cuasi innegociable, pues los otros delanteros no es que digamos estén mucho mejor que ellos y marquen todos los partidos.
En el centro del campo muchos os preguntáis por Medel. Quizá le quiso dar descanso, yo que se. Lo que sí se notó es que parece ser bastante mejor que Zokora (amigo Julián & company, este no es tan bueno como me pitabais).
Atrás jugó Alexis. Cuando se fichó ya lo dije. Es muy malo, era el suplente del suplente en uno de nuestros "rivales directos" en la competición doméstica. De Cáceres sí dije que me gustaba y, de momento, me está decepcionando. Pero el malagueño simplemente es que es malo. Y otro adjetivo que prefiero no escribir.
Con él ocurrió otra de esas cosas con las que te preguntas ¿cómo este tío (en este caso Manzano) no ve que lo van a expulsar?
Y una vez hecho el análisis individual, vamos a lo colectivo.
El Sevilla tenía 90 minutos para marcar un mínimo de 2 goles. Eso se sabía desde el minuto cero, sin embargo, se tira por el sumidero más de una hora de partido en el que, salvo una ocasión muy al principio, no hacemos nada de nada. Igual que aquí merecimos ganar, en esos casi 70 minutos el Oporto nos pudo dar un meneo, pero igual que nosotros hace una semana, perdonó.
Entre otras cosas por una actuación magistral de Javi Varas que, creo demostró, debe ser el portero titular a día de hoy, desbancando al mejor portero de nuestra historia.
Y llega el segundo tiempo y los cambios del "profesor". Arregla el centro del campo y desarregla la defensa quitando a Sergio Sánchez, dejando a Alexis con tarjeta, y dejando al Sevilla sin lateral diestro. Aquello era un coladero. Y cuando la debacle se veía venir, apareció la magia, con un fabuloso pase de Negredo y gol del 10 del Sevilla, del que yo pondría para jugármela.
A partir de aquí el Sevilla tenía 20 minutos para creer en el milagro. Pero este Sevilla ya no tiene para hacer milagros, ni en el campo, ni fuera de él. El entrenador desequilibró al equipo por completo y, tras expulsión de Alexis (repito Goyo, eso lo veía hasta un ciego) terminamos jugando un 3-1-5.
¿Para qué queremos 5 delanteros si no hay nadie que le pueda llevar medianamente bien la pelota? El fútbol es un juego de equilibrio, y Manzano se lo quitó al Sevilla.
De momento, vuelvo a repetir: notable alto en Copa y muy deficiente en Europa. Ya sólo queda la Liga. Y de momento la nota no es muy buena que digamos...
1 comentario:
totalmente de acuerdo con usted, sobre todo a la hora de avaluar las distintas competiciones. Un abrazo Manuel.
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