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jueves, 29 de septiembre de 2011

Los malos

Afortunada o desafortunadamente, el mundo es un lugar lleno de dualidades. Eso es así desde tiempos pretéritos y es algo que se nos inculca desde pequeños. Muchas veces nos preguntamos el por qué sin tener una respuesta que nos saque de nuestras dudas.

El Sevilla o el Betis. El Madrid o el Barça. La Macarena o la Trianera. Rojo o verde. Blanco o negro. Supergarcía o De la Morena.

Ejemplos hay muchos y muy variados.

Y quizá uno de los primeros que aprendemos y que nos enseñan: lo bueno, lo malo. Los buenos, los malos.





Además, muchas veces es algo instintivo. Hay veces que con mi pequeño estamos viendo la televisión y sin saber cómo ni por qué me dice: papá, ese es bueno, papá, ese es malo. Es algo que le puede pasar viendo los pitufos, que son los buenos y Gárgamel, el malo. O cuando vemos Spiderman, el bueno, o Venom, el malo.






Y es cierto que muchas veces es intuitivo y otras muchas porque te lo han inculcado así desde pequeñito. Pero otras muchas veces se diferencia al bueno del malo sin razón aparente, por el simple hecho de que no cae bien o porque es el "enemigo" del que te cae bien.

De esto también hay muchos ejemplos: Pedrosa y Lorenzo, Zidane y Pablo Alfaro. Muchas. Una de las más conocidas sea quizá la de Alonso y Hamilton.





Como digo, ese San Benito se cuelga, muchas veces sin una razón de peso, como antes expuse. Es algo que muy bien ha recogido Vodafone en uno de sus últimos anuncios donde empieza a exponer una serie de nombres de supuestos malos, siendo el último de ellos Lewis Hamilton. Cuanto más malo es el malo, mejor es la película (no es literal pero es lo que viene a decir).

Y esto es algo que está traspasando fronteras. Es algo que también está en la red de redes, en los blogs, en el facebook, en el twitter. De repente y quizá casi sin comerlo ni beberlo, puede que a unos se les etiquete entre los buenos y a otros entre los malos. Y a algunos prácticamente sin conocerlos.

Ese San Benito se cuelga y ya queda ahí. Ya sabéis lo que dicen en publicidad y si no os lo digo yo: 1 comentario negativo tiene 7 veces más poder que uno positivo. Si vas a una carnicería, por ejemplo, lo normal es que no vayas por ahí, a no ser que te lo pregunten, diciendo lo bien que te trata el carnicero, lo barato que es, lo bien que te prepara la carne...

Ahora, como te de un día un producto en mal estado, de eso se entera todo quisqui.

Ahora bien, cualquiera medianamente inteligente se da cuenta que a veces ni el malo es tan malo ni el bueno es tan bueno.

¿Recordáis el final de la película Se7en? El bueno mata al malo a bocajarro.





Cuídame de mis amigos que de mis enemigos ya me cuidaré yo solo.

Nos vemos.

3 comentarios:

Boticario117 dijo...

Oscuro post. Lo rubrico con mi también oscura firma. ¡Ay de aquellos que ponen el parche de malo! ¡Ay de aquellos que acusan de que los consideran algo sin fundamento! Si abrieran los ojos tal vez olvidarían las etiquetas.

Marcu dijo...

A veces cambian las situaciones y el que "cuasi" siempre ha sido el bueno se convierte en malo y al revés, depende de donde proceda el aire.
Saludos cordiales

Anónimo dijo...

Te ha quedao redondo el post,Manolo. Pues si, eso de lo bueno y malo es subjetivo y, si me apuras, injusto. Lo importante en cada situación es no dejarse influir por esta dualidad y ser lo más objetivo posible.
Un abrazo.
Emilio Valverde.