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P: "Decimonona letra del abecedario español, y decimosexta del orden latino internacional, que representa un fonema consonántico de articulación oclusiva, labial y sorda. Su nombre es pe".

Difícilmente podrás encontrar un artículo o un post que tenga un título más pequeño.

A los 15 segundos del comienzo del derbi ya pudimos comprobar que el que se apellida como mi barrio, del Cerro Grande, era un árbitro pequeño para este partido.

Sacó tarjetas que no debieron ser, se guardó tarjetas que debieron ser, pitó penaltis que no debieron ser, los que quizá debieron ser no los pitó. Un auténtico patán.

El problema es que eso le ocurrió al árbitro del partido de ayer, al del anterior y anterior y anterior y anterior partido, y le ocurrirá al del siguiente, y el otro y el otro partido. Los árbitros son árbitros y por definición ya sabemos que la van a pifiar. Unos más, otros menos. Unos a nuestro favor, otros en contra. Y si cada vez que no vamos a ganar un partido (recordad que esta temporada llevamos más partidos perdidos que ganados, por ejemplo) nuestra excusa va a ser el árbitro, entonces nos estamos quedando, bajo el punto de vista de este ignorante futbolístico que os escribe, en lo superficial.

33 minutos de paseo, ayer rojo y blanco, de paliza futbolística, bastaron para que muchos pseudoaficionados abandonaran a su equipo en su propia casa. 

En mi casa había pelea. No en vano mi señora esposa es bética. Gol, gol, gol, salía de mi garganta. Con el tercero ella daba el partido por perdido pero le tuve que decir: "qué poco conoces al Sevilla".

Cualquiera que quiera ver más allá, no quedarse en lo superficial como antes os decía, sabe que tenemos una pléyade de papanatas, de tuercebotas, que aún no habían hecho su aparición.

Y el primero en hacerlo, una vez más, fue Medel, que se creyó era la reencarnación de una mezcla entre Busquets, Guardiola y Schuster.

Aún no me puedo explicar cómo aficionados que sienten como yo se pueden dejar la vida defendiendo a jugadores tipo Medel o Chevantón y sin embargo criticaban a gente como Luis Fabiano.

Son cosas que me parecen paranormales.

Y si el primero en salir en la foto fue Medel, el segundo, cómo no, fue Federico Julián.

Otro que me parece inexpicable la defensa a ultranza de tantísimos.

Dios mío de mi vida y de mi corazón, poneos a contabilizar cuántos puntos nos han costado el uno y el otro y decidme si no es para tirarse de los pelos.

Leo, releo, y me quedo paralizado. O no tengo ni idea (lo más seguro) o no vi el partido. ¿Cómo se puede decir que el árbitro metió al Betis en el partido? Lo meten Medel primero, regalándole un gol, y Fazio después en una obstrucción que, estoy con vosotros, fue nimia para pitar penalti, pero...¿no era mejor evitar esa innecesaria jugada?

Un partido que estaba ganado con 0-3 se pone en un 2-3 y, como era de esperar, el campo se convierte en una pira, y todos sabemos que cuando la cosa se pone mínimamente calentita, el primero que se las pira es Medel que, otra vez más es expulsado y perjudica a sus compañeros y a nuestro equipo. "Claro, no por su culpa, es que lo provocan"...¡Pues claro! ¿A quién queréis que provoquen, a Navas, a Manu del Moral? Provocan al que saben que tiene los cables pelados.

A partir de ahí, tuvimos 30 minutos para comprobar la pésima planificación del Sevilla FC y el por qué os dije que, a mí, Émery, no me gusta (como buen mestallizado).

Con 30 minutos por delante y teniendo que mover algo, el entrenador del Sevilla miró a la izquierda, miró a la derecha y se encontró con (no recuerdo los suplentes) Babá, Cala, Del Moral, Hervás, Maduro...Una piara de futbolistas, alguno de los cuales me cuesta incluso ubicar en equipos de la parte media alta de la 2ª división.

Con lo cuál el entrenador hizo lo que saben hacer este tipo de entrenadores, colocar el autobús y rezar para que ocurriera algo que, con esta táctica raramente ocurre. Perdimos una ventaja de 3 goles y creo que ninguno dudará que si el partido dura 10 minutos más estábamos más cerca de la derrota que de mantener el empate.

A partir de aquí, algunos como yo esperamos ávidos el final de una temporada pusilánime, con la mínima esperanza que para la temporada algo cambie. Algo que ni yo mismo me creo porque si tras cosas que han pasado en este Sevilla los últimos años no han cambiado nada...