Chugginton

Quizá los que tengáis niños pequeños sepáis qué es Chugginton. Para los que no, Chugginton es una serie de dibujos animados. Es el nombre de una ciudad ficticia en el que sus protagonistas son tres trenes, Koko (el verde), Wilson (el rojo) y Brewster (el amarillo).

¿Y qué tiene esto que ver con el Sevilla y con el nuevo descalabro?

Bueno, es una serie de dibujos animados para niños muy pequeñitos y, por tanto, muy inocentes, tan inocentes como este Sevilla FC en el terreno de juego.

Como diría Ismael Medina, más inocentes que el asa de un cubo.

En la 1ª llegada del Madrid, gol.

Después, minutos de dominio sevillista en los que, una vez más, vuelve a demostrarse lo que ya dije tras el anterior partido: antes, con 5 ocasiones claras metíamos 2-3 y, ahora, 1 ó ninguna.

Y como el Sevilla no marcaba, con otra ocasión y media más el Madrid hizo otros dos.

Esto en un partido puede ocurrir, incluso en dos. Pero mala suerte no es.

Ahí tiene mucho que ver la calidad.

Unos la tienen y otros no. Unos la meten y otros no.

Y aquí, claro que tiene que ver el temita de la liga de mierda que dice Del Nido.

Toda la vida el Madrid ha sido superior al Sevilla por norma general. Pero lo habitual es que se tuvieran que partir la cara para doblegarnos. Sin embargo, en las dos últimas temporadas nos han infringido las mayores goleadas de nuestra historia en casa.

Y eso no puede ocultar una realidad. El Sevilla está cogido con alfileres. Tiene a jugadores de chichinabo y a un entrenador de chichinabo.

Y aquí es donde vuelvo a la comparación con Chugginton.

Ves jugar al Sevilla y a sus jugadores y, parecen los trenes de esa serie. Todos por su carril sin desviarse un milímetro.

Navas por la derecha, Negredo por el centro... Y después ves a los jugadores del Madrid que, con la pelota, sí tienen más calidad. Pero veías a Callejón comenzar por la derecha y acabar por el centro y por la izquierda. CR7 igual. Benzema arrancaba por el centro y caía a las bandas. Di María, jugando en la mediapunta, a priori, se movía por todas las zonas de los tres cuartos del terreno de juego.

En fin, una movilidad que en el Sevilla no vemos.

Y repito, eso es sin balón. Luego, la calidad es lógico que haga que el Madrid necesite menos para hacer gol o para hacer un gran pase.

Otra de esas cosas que se pudo comprobar fueron los córners.

El Sevilla los defendía con los 11 jugadores, no en su campo, en su área.

Cuando el Sevilla sacaba los córner, Di María, Benzemá y otro más (una de las veces recuerdo a Marcelo) se ponían en la línea de centro del campo, obligando a que el Sevilla dejara detrás a cuatro.

Total, que eso no es suerte. Es una forma de hacer las cosas.

Pero en fin. Eso da igual. Somos el Sevilla y aquí no pasa nada. Una vez firmamos a Daniel Alves y con eso nos ganamos el derecho a contrato vitalicio.

Viva el Sevilla.

Y loa a los supermagníficos.