La historia reciente del Sevilla FC quizá nos ha hecho colocarnos como los mejores dentro del tercer escalón de equipos del fútbol patrio.
Un primer escalón formado, como no podría ser menos, por R. Madrid y FC Barcelona; un segundo escalón formado por Atlético, Athletic Club y Valencia; y a partir de ahí comienza otro escalón donde podría encuadrarse a equipos como Zaragoza, R. Sociedad, Betis, Español o Deportivo y, como digo, el mejor de todos ellos, el Sevilla FC.
La historia del Sevilla FC se haya plagada de grandes jugadores. Pero difícilmente han coincidido en la misma plantilla tantos como para hacer del Sevilla FC, de manera temporal, un equipo que integrara alguno de los dos escalones inmediatamente superiores, salvo contadas excepciones como la de la última época que hemos vivido.
No hay que remontarse muy lejos pues yo, con mis 34 años, he visto futbolistas de talla mundial que en el Sevilla no han tocado títulos: Suker, Polster, Simeone, Zamorano, Francisco...
Y ahora tenemos a Navas y, bastante lejos, pues no deja de ser un buen delantero sin más, Negredo. Nada nuevo que no hayamos tenido en otras épocas. Pero, algo sobre lo que ya he hablado con algunos amigos tuiteros más de una vez, muchos piensan que, por detrás de estos dos jugadores tenemos más de lo que realmente tenemos.
En mi opinión, por mucho que un equipo se llame Sevilla FC y tenga jugadores que se llamen, por ejemplo, Rakitic, del Moral, Reyes o Medel, el Sevilla FC, siempre en la opinión de un aficionado que ve el fútbol de espalda, puede ser tan bueno o tan malo como puede serlo el Athletic Club, el Getafe o el Levante, por poner ejemplos.
Muchas veces la lógica te aplasta y, si tienes jugadores mediocres, un entrenador mediocre y una Secretaría Técnica mediocre, lo que te queda es un equipo que está en mitad de la tabla.
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