Entrenamiento con público
Mero trámite el partido de copa de ayer del Sevilla. Con la eliminatoria resuelta en la ida poco había en juego. Los dos equipos tenían la mente en sus respectivos partidos de liga del fin de semana y el partido fue una pachanga de entrenamiento.
Ya desde el inicio, se vieron claramente las intenciones de los dos equipos que no querían forzar la máquina en ningún momento, y sólo deseaban acabar con esto lo antes posible. Se podía esperar que en una tonta jugada o en una genialidad de una estrella se abriera el marcador, pero vamos, eso, era lo de menos porque todo estaba hecho. Y de esta forma, en el minuto 43 el Depor hizo el 0-1 en el luminoso, tras una jugada en el área que Adriano despeja de cabeza defectuosamente, y que finalmente acaba remachando Bodipo. El gol gallego hizo despertar algunos pitidos en la grada del Pizjuán descontentos con el juego de su equipo en la primera mitad.
Tras el descanso, el equipo parece que escuchó los pitos de la grada, y salió algo más ofensivo, pero fue un triste espejismo. Fue con la salida de Navas cuando los sevillanos generaron más peligro y con la ayuda de un Luis Fabiano con ansias de gol. Pero aún así, el resultado no se movió. Lo único reseñable del partido fue la plena recuperación de Luis Fabiano y la vuelta de Kanouté. Desde luego, nada tuvo que ver la vuelta de ayer con el Depor, que la que tuvimos hace unas semanas con el Barcelona.
Olvidando el partido de anoche, sólo pensar en la final del domingo con el Valencia. Eso sí es importante para no perder el tren de la Champions.
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