Ajetreados días en los blogs, por lo menos en este mío. Yo que soy de colgar 3-4 cositas máximo por semana no estoy acostumbrado a tener que escribir, como en los dos últimos días, varios post seguidos.
Pero la información se sucede y esto no para.
¿No querías caldo? Pues toma dos tazas.
Porque si ayer escribí que con el tema Fazio, después del de Navas ya no me lo podía creer, hoy se ha conseguido dar un triple salto mortal hacia atrás con tirabuzón incluido. Tiberio Guarente, que iba a estar lesionado por poco tiempo (me río por no llorar), se pierde toda la temporada.
Sí, así como suena. Podéis leer en todos los portales informativos que mínimo va a estar 6 meses sin jugar. Guarente, que costó 5.5 millones de euros, millones que no se quisieron invertir en Borja Valero.
Pero si grave es el tema, lo peor es que el Doctor Ribas, que esta semana ha sido el punto informativo de nuestro Club, ha dicho que el jugador ha venido tocado y ellos lo advirtieron.
Y lo gracioso es que no es la primera vez. Cuando se fichó a Sergio Sánchez también se conocía que tenía problemas que, por mala suerte, al final dieron la cara.
¿Mala suerte? Esa frase va a tener que ir cediendo su sitio. Mala suerte este año, y el pasado, y el anterior...joder, sí que tenemos mala suerte. O malos gestores.
Aún recuerdo hace algunas temporadas (pocas), el Barcelona tuvo la mala suerte de tener a varios lesionados de rodilla. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre aquí, ellos no creyeron en eso, investigaron, y resultó que el problema estaba en el césped del Camp Nou.
Sin embargo aquí, cuando las cosas se hacen bien (que son muchas veces) somos unos fenómenos pero cuando se hacen mal son mala suerte y tópicos varios. Y encima, si osas decirlo, eres un sevillista mediocre, te estás mestallizando y eres un sevillista de finales que no sabe de donde venimos.
Y aquí es cuando uno tiene que estallar.
Vamos a dejar ya de mirarnos el ombligo, vamos a dejar de querer que nos pasen tanto la manita por el lomo diciéndonos lo buenos que somos, y vamos a empezar a depurar responsabilidades.
La misma fuerza, el mismo ímpetu y los mismos cojones que se le ponen magníficamente encima de la mesa a los que nos quieren pisotear desde fuera (como por ejemplo en el tema de la televisión) vamos a empezar a ponerlos también en nuestros temas internos. Y si tiene que rodar alguna cabeza, que lo haga.
Y rápido. Tan rápido como cuando sacan a la venta carnés de Champions sin aún estar clasificados. Porque en las empresas, el que paga exige, ¿no?
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