El Asesino de Leyendas

Creo que por todos vosotros es bien sabido (y si no os lo recuerdo) mi afición por el Wrestling, lo que comúnmente se conoce aquí como Pressing Catch.

Y no es la primera vez que para escribir un post sobre nuestro Sevilla comienzo hablando sobre wrestling.

Muchísimos de los luchadores de wrestling suelen tener un apodo que va con su personaje. Así podemos encontrarnos al Deadman (hombre muerto), al Asesino Cerebral, al Marine, al Rompecorazones, al Hombre más Fuerte del Mundo, al Monstruo Rojo, a la Glamazona. Y como estos, muchos más.

Y todos tienen su razón de ser, pero no es menester explicarlos.

Sin embargo hoy quiero detenerme en él, Randy Orton, el "Asesino de Leyendas".





Su fama le viene porque desde el 2006 a esta fecha ha logrado enfrentarse y derrotar a las leyendas de este deporte.

Como todos bien sabéis e imagino que pensáis igual que yo (y al que no le haga le diría que como poco es un osado y un inconsciente) el motor de la enorme blogosfera sevillista son los blogs de Los Guardianes de la Memoria.

Los blogs de Puerta 15, Sevillista Soy, Voladizo de Gol Sur, Ayer y Hoy Sevillista, Algarivo y La Palangana Mecánica, podríamos decir que son la excelencia en el mundo de la bitácora que siente en el blanco y rojo de Nervión.

Y a parte del trabajo desinteresado que tanto tiempo les ocupa, tienen ahora que entrar en una batalla que no tiene ni pies ni cabeza. Batalla que empieza siendo pacífica, a través de post, para intentar salvar el Museo del Sevilla FC.

Uno de los últimos ejemplos son dos obras de arte escritas por D. Antonio Ramírez y D. José Enrique Vidal.

Y es que parece ser que dentro de las personas que tienen el poder en nuestro Club, hay uno (o varios, eso lo desconozco) que, igual que Randy Orton, parece querer convertirse en Asesino de Leyendas.

Un asesino de la Historia, de los sentimientos y de las glorias pasadas que hoy parecen estorbar porque, según parece no son rentables, económicamente, claro.

Eso, o el que tiene que hacer que lo sean no es capaz de hacerlo.

Una materia que en mis tiempos en la Facultad de Económicas no existía: la comercialización de los sentimientos.

Si la propuesta de este (o estos) Asesino de Leyendas sale adelante, copas como esta no podremos volver a verlas (espero que a D. Carlos Romero no le importe que la haya "sustraído" de su blog).




Y llegará el momento que cuando mi pequeño, de ahora poco más de dos años, se haga mayor, no podré explicarle, por ejemplo:

Quién era Johston.

Quien era Isaías White.

O Spencer.

O Pepe Brand.

O Kinké.

O la Delantera Stuka y la Delantera del Miedo.

O quién fue Marcelo Campanal.

Y Busto e Izaguirre.

Y Juan Arza.

No sabré decirle quién fue Sánchez-Pizjuán.

Suker.

Jiménez.

Polster.

Nunca sabrá por qué el Sevilla FC es el Eterno Campeón de Andalucía.

Ni sabrá del Sevilla de Kanouté y Del Nido, el que más gloria nos ha dado en nuestra más que centenaria historia.

Etcétera.




Y es que el Asesino de Leyendas es tan torpe que no sabe que dentro de muy poco, cuando abandone el Club, las Copas en las que él puso su grano de arena, si lleva a cabo su idea, pasarán al olvido, y con ellas, él.

La batalla a comenzado.

Desde este pequeño rincón les digo a mis amigos Guardianes de la Memoria que si precisan a gente para la Guerra, aquí estoy yo.