Existen pocas maneras más intensas de imaginar cuando que cuando uno lee un buen libro. Frase a frase, párrafo a párrafo y página a página, la historia te envuelve y en tu cabeza te vas haciendo una imagen representativa, una recreación, de lo que vas leyendo.
Creo que no hace falta volver a decir el libro que el domingo empecé a releer, ya lo comenté en el anterior post.
Ayer tarde avancé y llegué, quizá a uno de los capítulos más intresantes. Tras la lectura y asimilación traté de recrearlo en mi mente, pero no en el momento en el que ocurrió, sino en el presente.
Imaginemos que por aquello del destino el equipo que juega en la Avenida de la Palmera estuviera económicamente más tieso que una mojama (no creo que haya que imaginar tanto visto lo visto).
Imaginemos que, por lo que fuere, al Sevilla le interesare uno de sus principales jugadores. Pongamos, por ejemplo, que entre la Secretaría Técnica y Marcelino decidieran que el hombre que nos hace falta para completar el ataque es Emaná.
El Sevilla presenta una oferta formal por el jugador y el equipo rival, ante la tiesunez de sus cuentas y que la oferta del Sevilla es la más importante, termina vendiendo el jugador al eterno rival.
Comienza la Liga y el Sevilla, con Emaná, está que se sale y se instala en la parte, no alta, altísima de la clasificación.
Los aficionados, esos que dicen son tan graciosos y simpáticos, comienzan a exaltarse y a ponerse en una tesitura tal que hagan que a los rectores del Betis (los que aún no se saben quienes serán) se les suelte un poquito el vientre.
Ojalá pudieran dar marcha atrás. Lo intentan por todos los medios hasta dar con un recalcitrante antisevillista como es el tío Pepe (Griñán) que mueve cielo y tierra para que desde la Liga Nacional de Fútbol le den la razón al Betis e inste al Sevilla a "devolver" al jugador.
Decisión tan controvertida que aquí dimite todo kiski. Las federaciones territoriales de fútbol en pleno y la RFEF, al no estar de acuerdo con una decisión que se ha tomado desde el ámbito político y no deportivo.
El Sevilla devuelve al jugador, pero sigue ganando partidos. El Betis, ya tiene el jugador de nuevo en sus filas pero, ¿y el dinero, dónde está el dinero? El dinero ya se lo han gastado y no tienen para devolvérselo al Sevilla, por lo que, semanas después, donde dije digo, digo Diego. Emaná tiene que volver al Sevilla, que ese año se vuelve a proclamar Campeón de la Copa de la Uefa (ahora Europa League).
¿Es o no imaginativo el caso?
Pues esto ya ocurrió hace más de 50 años, y si queréis volver a recordar el caso verdadero, el caso Antúnez, sólo tenéis que picar aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.
6 comentarios:
De todas las explicaciones que hemos intentador dar, esata es la más pedagógica. No me cabe duda... y divertidísma.
Fantástica.
Un abrazo.
manuel pásame el teléfono de tu camello jajaja parece un cuento con moraleja jajaja esta gente prefieren bajar esmayaos que ver a un ex suyo triunfando, a mi me gustaria que la historia fuese que emaná no juega en el sevilla y aun asi estamos arriba, su máximo exponente es uno mas entre nosotros.. imaginate en el futuro contándole a los niños que el sevilla se aprovecho de la pobreaz bética y queriamos hundirlo y bla bla.. hasta que lelgase carlos romero y pusiera las cosas en su sitio jajaja.
Ah! y se me olvidaba, Griñán y los dirigentes béticos intentarían quitarnos el último campeonato ganado por los sevillistas, ese era su objetivo real.
Buenísimo.
¡Qué bien contao!
Solo hay una cosa que no me cuadra ¿usted cree que dimitiría Villar?
Si es que luego nos ponemos nosotros a poner estampitas de periódicos antigüos y aburrimos a la gente, con lo fácil que es contar las cosas como son.
Gran post Manuel.
Como apunta Carlos, para colmo intentaron quitarnos la liga que habíamos ganado legítimamente, y ante su nueva tiesura, nos vendieron de nuevo al jugador por un poquito más de dinero.
Cuando hablan de cacicada del caso antunez hay que tener claro que en aquella época los caciques eran verdes.
A/A Cornelio:
Un par de cosas son las que no me cuadran en esta historia:
- Que al Sevilla le interesara Emaná.
- Y, la más obvia, es que aquí no dimite nadie.
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