Ikki, el Caballero Oscuro

Los Caballeros Negros son caballeros renegados que, por decisión de la propia Diosa Atenea, dejan de ser reconocidos como Caballeros a su servicio.

Su destierro les lleva a encontrar refugio en “La Isla de la Reina de la Muerte”, una pequeña isla situada al Sur del Océano Pacífico, un paraje rocoso, un lugar en el que es imposible encontrar cualquier tipo de vida animal o vegetal, ya que la actividad volcánica de la isla, mantiene una temperatura media superior a los 50ºC durante el día, bajando a temperaturas bajo cero al caer el Sol.

Estos Caballeros "Negros" forman un "Clan" para luchar por sus propios intereses y trabajar como mercenarios para el mejor postor.

Las armaduras que visten estos caballeros renegados carecen de vida, que a diferencia de las originales si poseen la opción de regenerarse.

Más allá de sus armaduras negras, poseen rasgos bien característicos que les distinguen; una absoluta falta de escrúpulos, su nulo sentido del honor, y sobre todo la devoción por su Líder, Ikki, por el cual no dudarán en entregar sus propias vidas por su causa.

Ikki, el hermano mayor de Shun, eligió voluntariamente en lugar de su hermano su destino de entrenamiento donde tendría que ganarse su armadura de caballero: “La Isla de la Reina de la Muerte”.

Son cinco largos años los que permanecerá en la Isla, años en los que un entrenamiento cruel, con agresiones, palizas y todo ello bajo una presión psicológica, pondrán a Ikki al borde del abismo… su maestro le enseña que la fuerza viene del odio, que odiando a la humanidad encontrará el camino para convertirse en Caballero, Ikki nunca aceptaría esa opción como válida y precisamente esa rebeldía le acarreará multitud de problemas.

Entre tantas sombras, una luz, Esmeralda, la hija de su maestro, es la única persona con la que Ikki puede sentirse humano, ella le reconforta y auxilia al caer cada jornada y la relación que mantienen llega a ser muy cercana.

Ikki es retado por su maestro a un combate, y en caso de salir victorioso le dejaría libre de salir de la Isla y sobre todo le haría digno de la armadura del Fénix. Ikki no puede con el maestro. Este hace un último ataque para acabar con Ikki, pero se aparta y el Maestro mata a su propia hija, Esmeralda. Ante esto Ikki enciende en él todo el odio acumulado que jamás pensó en mostrar y tras una sucesión de violentos golpes, mata a su maestro y recibe la armadura del Fénix.

A partir de este momento Ikki pasará a convertirse en jefe de los Caballeros Negros, estos, que ven en él a un verdadero líder no tardan en ponerse a su servicio pasando a ser sus ejecutores y acataran cualquier orden del nuevo Caballero del Fénix.




Sin embargo, en esta historia es que Ikki es el personaje con más carisma de todos los protagonistas, de carácter fuerte, con un difícil pasado en sus espaldas, finalmente afronta el futuro con la ayuda de sus amigos y hermano, en quienes encuentra el apoyo que necesita tras los dramáticos acontecimientos que ha sufrido a lo largo de su existencia, por ello no dudará en ponerse del lado de Atena y sus Caballeros junto a los que combatirá a las fuerzas del mal.

Esta historia está resumida de aquí.

Como ya os he contado alguna vez, la última hace bien poco, recordad que las apariencias al final engañan y que los buenos no son tan buenos como parecen y los malos no son tan malos como parecen.

Al menos eso creo yo. Pero como también os he dicho muchas veces, yo soy, como diría el desaparecido Papuchi, "raro, raro, raro".

A mí me cae simpático el malo de Valentino Rossi. Y Lewis Hamilton. Me simpatizaba Mark Lenders en Oliver y Benji. En Bola de Dragón el que me gustaba era Piccolo. Y por supuesto, de los Caballeros del Zodiaco mi predilecto era el protagonista de esta historia, el Caballero Fénix.

Y como este más ejemplos.

Bueno, siempre hay excepciones como CR7. Ese no me simpatiza en absoluto.

Y para acabar, os dejo con otra cita que podéis encontrar aquí:

Vivo en la oscuridad, no la temo, ella es mi aliada, me hace mas fuerte por lo que soy llamado el caballero oscuro. Tras los buenos tiempos, llegaron los peores y me convertí en un caballero sin alma, voy vagando sin rumbo, solo. No conozco la compasión, no tengo sentimientos, vivo como un fantasma, ya nada me puede asustar. Busco una luz que me guie en la oscuridad y espero encontrarla antes de que sea demasiado tarde. Solo rindo lealtad a mis amigos y ex compañeros. Nadie mas me importa, me son indiferentes aunque crean ser mis enemigos, ya que para ellos puedo serlo pero ellos para mí no.