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miércoles, 30 de mayo de 2012

¿Mantengo mi dinero en el banco o lo meto debajo del colchón?

Que levante la mano aquel que no se haya, o conozca a alguien, que se haya planteado esto alguna vez. Y más en momentos como los de hoy, en los que a la indestructible y super solvente banca española se le están a empezando a ver las vergüenzas. 

Y no solo a ver, sino los que unos suponían o imaginaban, y otros que hemos tenido la suerte o la desgracia de estudiar sobre esto ya "sabíamos", nos están metiendo la mano en el bolsillo, pero no como ese reterillo del tres al cuarto que te distrae para intentar sustraerte la cartera, sino con todo el descaro del mundo.

Lo primero que habría que preguntarse es qué es el dinero, una palabra que todos tenemos en mente muchas veces al día, y en muchas conversaciones. No se si hoy día podemos decir que hablamos más de dinero que de fútbol o sexo, los dos temas por antonomasia, sobre todo del género masculino.

El dinero es un medio de intercambio aceptado por todos para comprar bienes, servicios y obligaciones. Algo que queramos considerar dinero debe cumplir tres premisas:

1. Que sea un medio de intercambio.
2. Que sea una unidad contable, es decir, que nos permita comparar el valor de dos bienes o servicios distintos.
3. Que conserve su valor en el tiempo: ejemplo, si quisiéramos considerar como dinero una fruta como las naranjas, no podríamos, pues estas con el paso del tiempo acabarían pudriéndose y, por tanto, perdiendo su valor.

Aquél o aquella que se plantea la pregunta que da título a este post, creo que puede deberse a una creencia generalizada por algunas personas que no es cierta: si tengo mi dinero en un banco y quiebra, lo pierdo, si lo tengo debajo del colchón, mi dinero está respaldado en oro.

Y eso no es así.

Eso fue así, aquello como conocido como patrón oro, pero hoy eso ha desaparecido. 

El dinero hoy es otra de esas palabras cada vez más presente en nuestras vidas: confianza.





Hoy las monedas y billetes no basan su valor en la existencia de una contrapartida en oro, plata o cualquier otro metal noble o valores, ni en su valor intrínseco, sino simplemente en su declaración como dinero por el Estado y también en el crédito y la confianza (la fe en su futura aceptación) que inspira. Sin esta declaración, la moneda no tendría ningún valor: el dinero fiduciario sería entonces tan poco valioso como el pedazo de papel en el que está impreso. Es lo que se conoce como dinero fiduciario.

Es decir, que si mañana lo que hoy conocemos como dinero dejase de existir o de utilizarse como tal, cuando vayas a comprar a la frutería, al hiper, a pagar una entrada de cine, o a cualquier ejemplo que se te ocurra, el que te vende o da ese bien o servicio ni va a aceptar que le pagues con tu bonita tarjeta de crédito (que digamos es el dinero que tienes en el banco), ni va a aceptar un billete que hayas sacado de debajo del colchón para tal ocasión. Ambas cosas valdrán lo mismo, nada.






Y es que, en nuestro modo de vida el dinero digamos que es como la sangre en nuestro cuerpo. Para que podamos vivir la sangre tiene que fluir. Ir desde el corazón por las venas y arterias a todas las zonas del cuerpo. Pero cuando ocurre una mala praxis, es decir, si nos hartamos de comer friturillas, bollería industrial, azúcares, grasas, y todo lo que sabéis que no va bien para el cuerpo, las arterias y venas se pueden obstruir y podemos llegar al colapso. Y nuestro corazón dejar de latir.

Aplicad este ejemplo al tema financiero.

Espero que hayáis entendido algo.


3 comentarios:

Marcu dijo...

Me gustó tu post y te felicito por ello.

Saludos cordiales

honey900 dijo...

po zi, por una vez entendí el significado de dinero, bueno no por este post sino por otras palabras tuyas sabias, el dinero es dinero hasta que los que nos muevan digan lo contrario como en el crack de 29, en fin, a gastar se ha dicho,, es broma.

Rafael Sarmiento dijo...

Pues lo que yo entiendo es que los ahorros de las personas en España está garantizado, sea cual sea la gestión que de él hagan las entidades financieras en las que estén depositados.

Distinto es el caso en el que, si una de esas entidades quiebra, esos ahorradores podrán disponer del dinero inmediatamente o si el proceso de devolución en base a esa garantía se demora mucho en el tiempo. Esa demora también sería muy perjudicial, aunque es evidente que no tanto como si se perdiese el dinero.

Hace poco se rumoreó que en España se podría dar el caso de un corralito como ocurrió en Argentina. Un reputado economista aseguró en una tertulia de radio que mientras pertenezcamos a la UE, eso será imposible porque uno de los pilares fundamentales en los que se sostiene la Unión es la libre circulación de dinero, con lo que, si este escasea en España, la Unión está obligada a suministrarlo proveniente de otros sitios.

Pero en este post dejas claro que, aparte de eso, el propio estado español tiene su mecanismo propio para evitar que eso ocurra sin necesidad de acudir a la ayuda externa.

Espero haberlo entendido bien.

Un saludo.